lunes, 22 de junio de 2020

Cuento: EL EXPERIMENTO DEL DOCTOR HEIDEGGER



¡Escucha el inquietante relato de Nathaniel Hawthorne!

El experimento del doctor Heidegger es uno ingenioso y fantástico relato escrito por Hawthorne. Te invitamos a disfrutar de su lectura dramatizada, a cargo de Oswaldo Salas, actor de cine, TV y teatro, con 30 años de experiencia. Ganador de varios premios nacionales e internacionales, como la mejor interpretación actoral en un Cortometraje en el Košice International Monthly Film Festival 2020, Eslovaquia, por Pisahueco; en el CinemAvvenire Film Festival 2014, Italia y en el Festival Encuentro Mundial de Cine 2014, USA, por el largometraje Extirpador de Idolatrías. Nominado al Premio Mejor Actor del Mes en el 12 Months Film Festival 2020, Rumanía, por Pisahueco; y a los Premios Luces 2016, Perú, al Mejor Actor Protagónico de Cine por Extirpador de Idolatrías. Entre sus trabajos en la pantalla grande destacan Un lugar para descansar (2020), Monstruos (2020), Vivir ilesos (2019), Omnipresentes (2019), La casa rosada (2018), Fe (2018), Sonata para un calendario (2016), La amante del Libertador (2014), Rodencia y el diente de la princesa (2012) y Vidas paralelas (2008).

Para acceder al enlace de video, realiza un depósito de 5 soles en la cuenta de ahorros BCP en soles: número 193-98041441-0-57 (después de realizar el depósito enviar foto del voucher a velardesergio2@gmail.com indicando el nombre del cuento) o al yape 979731600 (indicando el nombre del cuento y su correo gmail).

Las lecciones de la experiencia

Suele repetirse que de todo se aprende. Si con ello se quiere decir que de cualquier cosa podemos extraer alguna enseñanza, no cabe duda de que se trata de una gran verdad.

Pero también es cierto que muchas veces no aprendemos absolutamente nada de lo que nos sucede. Después de tropezarnos una y otra vez con la misma experiencia, lo único que hacemos es acostumbrarnos a repetir los mismos errores, pero ahora sin sentirnos demasiado mal por ello. Constatamos que estamos haciendo aquello que ya hicimos tiempo atrás y que atravesamos por etapas similares: entusiasmo, preocupación, angustia, remordimiento, olvido, pero raramente aplicamos un remedio capaz de evitar esa repetición. Somos como aquel borracho que, en medio de los vapores etílicos, percibe oscuramente que al día siguiente le sobrevendrá algo llamado resaca y, satisfecho de su descubrimiento, levanta de nuevo su copa para brindar por ello.

Son muchos los que, al darse cuenta de los errores de su pasado, han querido recuperar los años de juventud para poder aplicar la experiencia adquirida, como el Ligurino de Horacio:
“¿Por qué no tuve cuando era niño el mismo juicio que tengo hoy o por qué no regresan las mejillas imberbes a mis pensamientos de ahora?”

En La gruñona vejez y la juventud, Robert Louis Stevenson recordaba la frase de Ligurino en su versión francesa: “Si Jeunesse savait, si Vieillesse pouvait”: (“Si la juventud supiera, si la vejez pudiera”). Stevenson añadía que sería un experimento muy instructivo “volver a la juventud a un hombre viejo y dejarle su savoir”.


Nathaniel Hawthorne imaginó esa situación en El experimento del doctor Heidegger, un relato protagonizado por un grupo de ancianos que se lamentan de su disparatada juventud y se vanaglorian de la experiencia adquirida. El doctor Heidegger les dice que existe una posibilidad de recuperar la juventud bebiendo un agua milagrosa, pero les hace una petición:

“Antes de beber, viejos y respetados amigos, conviene que, guiados por la experiencia de toda una vida, dicten ustedes unas cuantas reglas de conducta… piensen qué pecado y qué vergüenza sería si, a pesar de las ventajas de que disfrutan, no se convirtieran ustedes en modelos de virtud y sabiduría para todos los jóvenes de nuestra época”.

Sus viejos y respetados amigos le contestan con una sonrisa débil y cascada:

“Tan en extremo ridícula les parecía la idea de que, sabiendo cómo el arrepentimiento sigue tan de cerca los pasos del error, pudieran ellos volver a extraviarse.”

Los ancianos beben entonces el agua milagrosa y el lector ya puede imaginar lo que sucede. En cuanto se ven de nuevo jóvenes, armados de renovado vigor, vuelven a cometer los desvaríos juveniles de los que minutos antes se arrepentían, que es lo que también Stevenson supuso que harían:

“En cuanto a su conducta en amores, creo firmemente que darían ciento y raya a los muchachos y que les harían salir los colores a la cara a todos sus nuevos camaradas.”



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